La Pyricularia ha sido considerada la principal enfermedad del arroz debido a su amplia distribución y su poder destructivo en condiciones favorables.
Es una enfermedad compleja debido a la variabilidad patogénica y la rapidez con la que este hongo vence la resistencia de la planta. Produce una sustancia tóxica conocida como pericularina, que inhibe el crecimiento de los tejidos y los desorganiza.
Pyricularia oryzae se desarrolla cuando las temperaturas oscilan entre 22º - 29ºC y con elevadas humedades relativas, en torno al 90%.
La propagación de esta enfermedad se atribuye a una serie de causas entre las que se puede señalar el empleo de nuevas variedades, que tienen elevados rendimientos pero escasa variabilidad genética, con lo que los ataques de Pyricularia se han vuelto muy importantes.
También algunos cambios en las prácticas culturales que exigen estas nuevas variedades, como por ejemplo que requieren de una elevada aportación de nitrógeno, favorecen el desarrollo de este hongo.